Son las seis de la tarde, entro sigilosamente al departamento con las compras habituales de la semana y lo veo a él cocinando la cena para nuestros hijos. “Qué buen padre es”, no puedo evitar pensarlo. Admiro su entrega hacia ellos; podría estar acostado en la cama o perdido en su celular, pero en vez de eso está ahí, repartiendo amor, escuchando con suma atención...
La llamada.
Me suena el teléfono, lo miro, me llama por el wsp mi tío de Ecuador. Contesto. Hola, Toñito. Hola, mijito como está. Bien. Ando ahora en el súper comprando unas cositas que me hacían falta. Le llamaba para preguntarle cómo está. ¿Cómo está la cosa por allá? Se ve en...