La recompensa merece el esfuerzo. Me repito ese mantra una y otra vez mientras asciendo entre el fuerte olor a azufre. Horas después compruebo extasiado que aquel lugareño no exageraba. Aridez y fumarolas humeantes. La vista desde el cráter del volcán me deja extasiado. Creo que jamás he estado tan...
Seño, ¡usted está jodida!
La Anita llegó a trabajar en casa referida por la empleada de nuestros amigos, ellas eran vecinas en un barrio muy al sur de la ciudad. Anita estaba buscando trabajo, había dejado atrás la propiedad de la familia, un terreno con una casa de construcción vetusta de adobe y teja,...