- Hola, hijo… - Hola, papi… - Feliz día, pequeño… - ¿Papi, hoy es Navidad? - No hijo, no es Navidad… pero faltan muy pocos días. - Entonces, ¿por qué me dices feliz día? - ¿Por qué no te lo diría? cualquier mañana que veo tus enormes ojos azules mirándome...
La taza de chocolate
La casa de Agustín siempre olía a café recién hecho. Era pequeña, sencilla, con paredes blancas de adobe y techo de tejas rojas. Estaba en una zona rural a cuarenta y siete minutos de la ciudad. A la entrada había un jardín poblado de rosas y alcatraces que él mismo...
Si tan sólo
Nuestras manos no se quedan quietas. Yo, intento ponerla sobre su pierna. Ella, la retira. Y se sonroja. Y yo, yo vuelvo a hacerlo. Se ríe. Me regresa a ver y clava sus ojos sobre los míos. Yo hago lo mismo. Tenemos esta manía de vernos fijamente, entrecerrando nuestros ojos...