“¡Sí hay la fritada, sí hay el hornado! ¡Venga mi rey, venga mi papi!”
¿Quién no ha escuchado esas frases? Bueno, cuando yo las escucho, me iluminan el alma. Soy amante de la comida típica ecuatoriana e ir a las «huecas» se ha convertido en un estilo de vida. El mercado, las famosas papas, los motes, la fritada, el hornado, etc., son lugares que visito con frecuencia. Y estas ‘visitas’ no son necesariamente en la hora del almuerzo, pueden ser las 11h00 o las 12h00… justo a la hora del “antojito”.
Muchas veces voy con amigos que disfrutan de lo mismo. Una llamada y las frases: “¡Vamos por unos motes!”, “¿le hacemos a unas papas?” o “¡ponte unos cevichochos!” bastan para quedar en una hora e ir. `Y en algunos casos terminamos con la famosa ‘media’ (media botella de anisado), el auténtico bajativo.
Si no hay plan… voy solito, cuando el antojo llega… llega. Entre mis platos favoritos están ¡LAS PAPITAS CON CUERO! Anita (segunda generación del negocio) siempre recibe a los clientes con la misma sonrisa y siempre atenta al escuchar el nombre de «señito». Un día que fui solo y muy temprano en la mañana, le hice la conversa y empezó a contarme la historia de su negocio.
Su madre, doña Rosa Cachiguango, lo empezó hace 26 años en la esquina de la Av. El inca y 10 de Agosto, en Quito ,Ecuador, vendiendo en un carrito sobre la vereda. Ahora ya son 5 locales, administrados por sus hijos. He comido en 4 de ellos, mi favorito sigue siendo la de Anita, la famosa “señito”. Y es que ya me conoce, y siento que cada vez que voy, me sirve con amor, tal cual lo haría una madre.
El famoso «mixto 1» con extra porción de fritada y una Inca cola es la dosis perfecta.
Pero, ¿qué pasa con la dieta? ¿Carbohidratos? ¿Grasa? ¿Se taponan las arterias? ¿Esta comida engorda? ¿Va directa a las caderas? Por mí, pueden decir que va directo a mis cachetes que no dejaré de comerla.
Mis amigos se preguntan cómo hago para seguir comiendo estas comidas diariamente y no subir de peso. Y no como solo este tipo de comidas, la verdad me encanta la comida chatarra: hamburguesas, papas fritas, pollo broster, etc. En muchos casos ellos son testigos de la comida y bebida que consumo. No he sido de dietas, no me ha gustado privarme de la comida y peor de un buen trago. Nunca he sido de los que dejan una invitación temprano en la noche porque al otro día tienen “entrenamiento”. Tampoco he dejado de asistir a un asado y privarme de LO BUENO por la idea que tienen muchos de que “engorda”.
Simplemente creo que la comida es un placer y hay que disfrutarlo al 100%.
¿Y qué sería de un asado sin un buen ron? ¿Un gin? ¿O cualquier coctel? ¿Una fiesta sin un whisky? ¿Un aguardiente?
Bueno, y entonces, ¿cómo mantengo mi peso? Como explico en mi blog*, me baso en el déficit calórico, restando calorías en los ejercicios diarios, simple. Con esto, esa rica comida no altera mi ingesta diaria. El famoso «mixto 1» es un plato de 600 a 700kcal, corriendo 8 kms quemas más o menos entre ese rango (600 a 700kcal). Así que esa es mi forma de compensar, lo que me permite no tener que abstenerme de estos gustitos que me alegran el día.
Me gusta correr, me encanta comer, al siguiente día quemo todo lo que como o tomo. No soy nutricionista, ni deportista extremo, pero de que me funciona, me funciona.
Así que mientras tanto seguiré yendo donde Anita para que me siga diciendo “venga mi rey, venga mi papi, si hay las papas con cuero”.
Una de tantas historias incompletas sobre comida. Historia 11/12.
Autor: Edgar Herrera.
*Página @mapahuirafitness
2 Comments
Una historia tipica ecuatoriana, muy bien narrada. Ese tipo de comida es parte del folklore nacional. Puede ser malo para muchos pero también es bueno para otros que compensan con el ejercicio y el deporte. Felicitaciones al autor.
Definitivamente mientras te funcione es perfecto, recuerdo que a mí me funcionaba exactamente igual . Una mirada a nuestra espectacular cultura gastronómica a través de una excelente narración! Felicidades al autor !
Pd. Se me antojó unas papitas de la María jajaja