Me acabo de despertar. Siento el cuerpo y el corazón calentitos, es más, mientras lo pienso siento que me duelen los cachetes de la sonrisa que tengo. Giro mi mirada hacia la derecha y veo el calendario que hizo mamá con un animal por cada día que llevamos encerrados en casita por esta maravilla del Clovit-9. Ese calendario tiene dos animales importantes seguiditos; uno es el Equidna y el otro un Chancho. ¿Qué era un Equidna? me pregunto; JA JA JA, me estoy riendo mientras se me viene a la mente la forma que mamá lo dibujaba para explicármelo después de darse por vencida cuando lo intentaba con palabras. Tú sabes, como cuando conoces que esa persona está haciendo su mejor esfuerzo en la vida, pero no entiendes nada; aunque siempre digo que si a cada pregunta, pues estoy enamorado de esa sonrisa desde que tengo memoria y sigo esos ojos cafés a cualquier lado, porque hablan a un ritmo tan dulce y pegajoso como las canciones de la ABA. Ella también dice que es “mamá”, pero no se de quién; es que a veces los grandes son bastante difíciles de entender y la ABA es muy grande.
Me perdí, ¿en qué iba? Ah si, el equidna es importante porque representa el día de la madre y el siguiente día es el del chancho, que coincide con mi súper cumple. Mamá dice que fue como si Santa se retrasará con los regalos de Navidad; la verdad no le entiendo el chiste, pero sé que si sonrío a ella le salen chispitas de alegría, así que lo hago todas las mañanas para practicar y estar preparado en todo momento.
Antes de bajarme de la cama para ir a buscar a mamá, me siento a rezar y a darle las gracias a Diosito.
Gracias Diosito por mandarnos el Clovit que tanto te había pedido; desde ese día mamá está conmigo siempre, me da tantos abrazos que ya casi no me acuerdo lo que es estar en la tarde solo con mis juguetes; ella ha aprendido a disfrazarse, jugar fútbol, hacer historias con sombras, dar exhibiciones de magia, cocinar pasteles de limón, coser mis medias rotas y dar CLASES! Siiiiii! es lo mejor de todo, desde ese día también mamá empezó a ser mi profe de…. Bueno de todo; como ella tiene ese don de la “GENIALIDAD” se le hace muy fácil y me tiene más paciencia que los profes del cole. De pronto escucho algo a la derecha, es mamá; no entiendo bien porqué ruedan lágrimas por sus mejillas rosadas pese a que sonríe y mantiene su vista en mí con una expresión de cariño. ¿Mami, me estabas escuchando? Si amor, como nunca lo había hecho en estos cinco años y amo ser tu mami y tu profe; lo primero lo haré toda la vida y lo segundo, hasta que Diosito decida que deba ir a ayudar a otros papás en la oficina, ¿De acuerdo? Le respondí que si con una sonrisa recién entrenada, aunque ella no sabe que Diosito tiene un acuerdo conmigo para que mamá se quede en casa para largo!
Una de tantas historias incompletas de una Pandemia. Historia 4/12
Autor: Miguel Viniegra
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10 Comments
En esta época de coronavirus nos ha servido para reencontrarnos con nuestros hijos, escucharlos más y fortalecer el amor.
Así es Edwin. Disfruta de ellos todos los días y también fomenta en la lectura en casa!!
Un abrazo,
Gracias por escribirnos
Muy bonita la historia !!! Estos momentos serán inolvidables para nuestros hijos y para nosotros.
Para ellos y también para nosotros… ese día donde todo cambió…
Lindo, el amor padres hijos es la base de la vida
Gracias Andrés. No hay nada más sincero!
Conmovedora historia que narra a la perfección la visión más tierna e inocente de esta pandemia. Éxitos!!!
Gracias Mayte. Sin duda conmovedora pero también cercana a muchas familias.
Emotivos pensamientos del niño y el adulto… el amor de padres a sus hijos es vital para el equilibrio emocional de la familia. Suerte “Miguelito”.
Ali Pinto
Gracias Alicia por tu mensaje. Ese amor es el equilibrio y desequilibrio a partes iguales jajajaja. Pero amor al fin de cuentas.
Gracias por mensaje.
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