Hay días que marcan nuestras vidas. Esos días en que sabes que algo va a pasar, no sabes bien qué es ni cuándo pasará, pero ese día algo en ti te dice que será especial.
Este era uno de esos días para Victoria.
A pesar de su edad, para ella no era su primer día trascendental. Ya había aprendido a lidiar con una enfermedad grave, con el abandono de su padre y con el abuso de alguien a quien ella quería mucho. Pero a pesar de eso, e inspirada por su madre, aprendió que la vida es para quienes se arriesgan y asumen los retos.
Y así, se presentaba como representante de su partido a las elecciones.
Este día culminaba una ardua carrera contra sus oponentes. El «combate» político había sido especialmente crudo e intenso este año, sobretodo, entre los candidatos. Por varias razones: los jóvenes de su institución educativa estaban cansados ya de siempre oír las mismas promesas, sin ningún resultado positivo al final del mandato de anteriores líderes; los votantes cada vez más críticos, más experimentados, con más recorrido, requerían de alguien transparente, honesto y con un buen plan de gobierno. Ya no darían su voto tan fácilmente al primero que coja un micrófono y hable, cante u ofrezca el oro y el moro.
Muchos de los líderes pasados querían aferrarse al poder, conseguido en elecciones pasadas, y harían lo que fuese por alcanzar su objetivo, sin importar que esto incluya embarrar, mentir o traicionar a quienes eran sus amigos.
Para Victoria, en cambio, este sería su último intento por ganar. Ya lo había participado en 2 ocasiones anteriores, y a pesar de que Victoria quisiera luchar y buscar siempre su objetivo, las reglas electorales beneficiaban a los grupitos de amigos que se alternaban en el poder. Pero que más dá, si las reglas eran así… ella se esforzaría por ganar, sobretodo, confiaba en su preparación, realizada a conciencia, y quería un cambio para sus votantes, pero a ellos parecía no importarles.
El debate final en días anteriores, mostró lo cruel que pueden llegar a ser unas elecciones…Hubo mentiras, difamaciones, insultos, poco debate y muchos gritos… Victoria solo esperaba que su discurso lograse romper esa barrera de ruido político y llegar a la mayoría.
7 de febrero. Un lunes de lluvia y con gripe. Día de elecciones.
El día empezaría temprano. Las mesas electorales listas, toda la seguridad en su sitio para ver que el proceso se lleve con orden democrático. Las filas de gente empezaron a llegar.
Algunos ya se delataban automáticamente por los colores o pines que llevaban encima. De todas maneras, nada estaría dicho hasta contar el último voto.
…Horas después…
− ¡Victoria! ¡Victoria! Sale corriendo un chico gritando.
− ¿¡Qué pasa!? ¿Por qué tanto alboroto? Contesta Victoria.
− ¡No Victoria. NO tu nombre! Digo que ¡victoria! ¡Que hemos ganado! ¡Bravo! ¡Qué viva la presidenta Victoria!
Había sucedido. Por fin. Victoria es la nueva Presidenta del 3ero de su colegio.
Lo había intentado en 1ero y en 2do, pero nunca lo consiguió…
Que bueno que los jóvenes de 3ro de bachillerato, ya más críticos, más experimentados, más vividos, por fin votaron por honestidad, transparencia y un buen plan de gobierno…
Una de tantas historias incompletas sobre política.
Autora: Marjorie Chávez