—¿Qué tal amiguito?, ¿cómo estás? —Bien. —¿Y cómo te llamas? —Dylan. —Mucho gusto Dylan ¿Puedes decirnos dónde vives? —En la Bota. —Ah muy bien ¿Y sabes por qué estamos aquí? —No. Solo me dijeron que venían unos señores a ayudarme a hacerme famoso. Esa fue la primera vez que hablamos...